"No hay mayor regalo que el de dar a tus hijos el amor por la lectura y los libros"

sábado, 30 de julio de 2011

¡Cuéntamelo otra vez!

Los que somos papás, o incluso maestros hemos escuchado millones de veces esa frase…
En algunas de las conferencias que he dado, hay algunos papás que se acercan preocupados diciéndome que su hijo(a) solamente quiere escuchar el mismo cuento, una y otra vez. Lejos de ser una preocupación, en mi opinión, es una buena señal de que es un libro especial y adecuado para él o ella.
Pongámoslo de esto modo, ¿Alguna vez has visto una película más de una vez? Seguramente la respuesta es afirmativa, ahora piensa ¿Qué fue lo que te hizo verla de nuevo?...
En lo personal, tal vez han sido los personajes con los que me identifiqué, la trama, algunas escenas que me gustaría volver ver a detalle, solo por mencionar algunas razones.
 Lo mismo sucede con los libros, cada vez que leemos, o en el caso de los más pequeños, cada vez que escuchan una historia, descubren cosas diferentes, disfrutan revivir a los personajes y la trama, posiblemente sea en las ilustraciones o tal vez en el mismo relato. En algunos casos los niños logran memorizar partes o el cuento completo y es chistoso cuando queremos cambiarles la historia y ellos responden impacientes “así no va”, o “eso no dice”.  La memorización es una habilidad que necesitarán continuar desarrollando para lograr el éxito académico, y ese libro les está regalando la oportunidad de practicarla de una manera divertida y atractiva para ellos.
Uno de los libros más populares y que los niños escogen leer en varias ocasiones es el de “La verdadera historia de los tres cerditos” por Jon Sciezka. En ese el libro, el lobo es quien da la versión de los hechos, posiblemente mis alumnos me han pedido que lo lea más de 8 veces en un mismo ciclo escolar. 
Les encanta escuchar la versión del personaje antagónico que trata a toda costa de convencerlos que los cerditos eran los malos y que todo se debió a un mal resfriado y a una taza de azúcar.  Las ilustraciones son muy llamativas y el cuento puede hacerse tan interactivo como se desee.
Así mismo, los más pequeños comienzan a poner atención en las letras que forman las palabras, aprenden que la L es el primer sonido de LOBO.  No es una sorpresa que con el tiempo puedan  identificar por sí mismos esa misma palabra escrita en un contexto diferente.
Volver a leer un libro nos ayuda a entender las partes que no comprendimos, a observar cuidadosamente las ilustraciones, a poner atención en los detalles que no notamos en la ocasión anterior, a desarrollar un sinfín de habilidades y lo más importante, a disfrutar nuevamente de la historia que nos cuenta el autor.
Así que la próxima vez que escuches esta frase de la boca de tus hijos, sobrinos, nietos, alumnos etc...ten la seguridad que estás haciéndo un gran regalo.
¡Nos leemos pronto!

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